domingo, 22 de enero de 2017

SOÑAR EN LAS ALPUJARRAS. LA BODA DE ALMANZORA


                                                                        Por las Alpujarras. Óleo sobre lienzo. 46x34. José Medina Villalba

                Hoy me ha pasado algo parecido a lo que siempre me ocurre cuando termino de pintar un cuadro.


              Me he quedado observando lo que mis pinceles, impregnados de óleo, han sido capaces de hacer; han bailado, como lo suelen hacer las danzarinas de ballet, he dado unos pasos en allegro, 


     con movimientos rápidos de mis cerdámenes, a veces con ligereza, otras con suavidad, quedando el pincel en el aire, por momentos, antes de entrar de nuevo a resbalar sobre la superficie del lienzo, se han deslizado, como el mejor patinador en la pista de hielo dando saltos, 


      con giros como el ángel, manteniéndose sobre un patín mientras la otra pierna permanece elevada sobre la cabeza; en este caso el patín era el pincel, la pista el lienzo y el ángel el variopinto color.


             Cuando el gran literato, Pedro Antonio de Alarcón, llegó a la puerta de entrada a Las Alpujarras, sabiendo el paraíso que iba a contemplar, dijo: “soltemos ya la pluma y cojamos los pinceles. Dejemos a los hombres, y contemplemos la Madre Naturaleza. 


                           Castillo de Lanjarón, a las puertas de Las Alpujarras.

     Olvidemos las enfermedades físicas y morales que recuerde esa villa, y digamos todas las excelencias del cuadro que acaba de aparecer ante nuestros ojos”.

                            Monumento dedicado a la puerta de entrada a las Alpujarras: Lanjarón.

                 Así que, mis querido lectores, si queréis uniros a este esotétido sueño que en estos momentos me invade, mientras observo el óleo recién terminado,


       coged las alforjas y os venís conmigo a recorrer estos parajes encantadores, porque estamos invitados a la boda de Almanzora.
                Tomad los caballos que os tengo preparados, porque tenemos que recorrer sesenta leguas hasta llegar al lugar del destino.

                                          Los jaramagos del camino.

               Era muy de mañana, cuando partimos en perfecta formación; estaba hermosa, refulgente, el cielo nos sonreía, y la primavera con su perfume de amarillentos jaramagos, a la vera del camino, perfumaban el ambiente, y recreaban la visión.



                El silencio era el único lenguaje que se percibía, solamente el trote extendido del grupo, y el sonido al chocar los herrados cascos de la caballería que, en algún momento, hacían saltar chispas al chocar con algún pedrusco del camino.

                                         Los llanos de Armilla

         Para aquellos que no hayan querido unirse a la expedición, y estén tranquilamente sentados en la butaca o el sofá de la casa, que no se extrañen que vayamos en el único medio que en estos momentos existe, porque estamos en el año 1567.

                   Desde el Suspiro del Moro contemplamos la feraz planicie de la Vega...

              Después de recorrer los extensos llanos de Armilla, donde Dios quiso poner algo del desierto, llegamos al Suspiro del Moro desde donde contemplamos la feraz planicie de la Vega, las moradas rocas de Sierra Elvira, las blancas casitas de la Granada mora, el verdor de los jardines, el río Genil fluyendo entre las alamedas, el Darro bramando entre las rocas después de un día de tormenta, cerca el despeñado Dílar, el río Monachil y el Beiro, formando un entramado de plata.



                                      Los capitanes de los tres mil metros

                   Allá en la lejanía el bermejo del castillo rojo, que con lágrimas en ojos dejó Boabdil, y en lo alto como queriendo aplastarnos con la esbeltez de su cuerpo la gigantesca Sierra Nevada, con sus cuatro capitanes de los tres mil metros: Alcazaba, Mulhacén, Veleta y Caballo, vestidos de blanco y dejando el resuello de su existencia con una helada brisa que cortaba el cutis en esas primeras horas de la mañana.

                                       El bermejo del castillo que dejó Boabdil

                   Granada, se veía blanquear a lo lejos, tendida en las colinas de la Alhambra y el Albayzín, como una esclava envuelta en cándida capa morisca, echada sobre oscuros almohadones. Ya no se divisaban los más mínimos detalles, sino una ráfaga de blancura, intensamente alumbrada por un sol naciente, bajo un purísimo azul del cielo.

                                  El mejestuosos Valle de Lecrín

                 Entramos en el mayestático Valle de Lecrín, el panorama cambió de aspecto, porque el Valle no es una concavidad lisa como suelen ser todos los valles, sino que contiene fértiles colinas donde se abrigan diferentes pueblos. Allí abunda el exquisito aceite, excelentes cereales, y variada fruta.


                                         El perfume del azahar aromatiza la zona

              El perfume del azahar, de la inmensidad de naranjos con los que se viste este sitio, aromatiza la zona, al mismo tiempo que ofrecen una panorámica que se sale de lo normal.
                  -Xoooo!! 
          Detuve el caballo, tú, que nos acompañas y los demás hicieron los mismo, era el momento de sacar de las alforjas algo para desayunar, algunos prefirieron acercarse a los naranjos y deleitarse con el rico sabor que allí se dejaba coger.
   Las alforjas

            De mis alforjas saqué un buen chorizo y una hogaza de pan de Alfacar

               De mis alforjas saque un buen chorizo, lo coloqué sobre una hogaza de Alfacar y, navaja de muelles en mano, lo fui troceando y engullendo.
             La Naturaleza, inmortal artista, seguía complaciéndonos ofreciéndonos contrastes de paisaje inigualables.

                                   Escaramuzas de cristianos y agarenos

             Sin embargo la imaginación se nos llena de tristeza al evocar en aquellas tierras que chorrean sangre de cristianos y agarenos en contiendas y escaramuzas.

                                     Humedales y turberas  del Padul

               Seguimos hacia Dúrcal distante una legua y nos sorprendió la inmensa laguna del mismo nombre donde radica, Laguna del Padul, con sus turberas, flora, y fauna enriquecedoras.

                                        La rica Vega de Dúrcal

                     La bella y rica Vega de Dúrcal, al pie mismo de la Sierra, arropada por las circunstancias orográficas que la rodean son la causa principal de su existencia, sin ellas no existiría y quizás tampoco este pueblo, con lo que habría un pueblo menos en el mundo.

                              Divisábamos a poca distancia la torre de la mezquita

                 Pero Dúrcal existe donde lo colocó, en los remotos designios de los tiempos, la Naturaleza, y nosotros íbamos a entrar en él pues ya divisábamos, a poca distancia, la torre de su mezquita y los ecos musicales, a modo de liturgia, del almuédano que, llamaba a la segunda oración del día a sus habitantes.
               Padul nos había ofrecido la serena placidez de la montaña, Dúrcal nos ofrecía el gracioso júbilo del llano.


                            La caballería algo cansada se puso a abrevar
              La caballería algo cansada del largo caminar se detuvo a abrevar en la límpidas aguas del río Torrente, y Talará nos dejó vía libre para seguir nuestro camino, escuchando el vibrante martilleo del herrador y el cacareo alborotado de las gallinas en los corrales.

                                                      Pinos del Rey o Pinos del Valle

                 Seguimos cabalgando, a lo lejos una aldea, con el minarete a modo de espadaña clavada en el centro, tapada por un bosque de frutales en flor y de naranjos y limoneros cargados de fruto, más que una aldea parecía, un nido paradisíaco, un vergel mitológico, el sitio de recreo de un príncipe de las Mil y una Noches, o la isla sagrada de una diosa del Olimpo, era Pinos del Rey o Pinos del Valle.



                                                Mondújar

                   Mondújar se nos quedó a la izquierda, el lugar donde pasó sus últimos años amargado, el viejo Muley Hacen.
                  Llegamos a ¡Béznar!, todo sonriente, cuya espléndida lozanía verdeguea al final de todas sus arábicas callejuelas.

                                                   Puente de Tablate
                    Aún suena en el aire el sonido de los aceros de las cimitarras y de las espadas...

                   El Puente de Tablate nos esperaba, donde aún suena el sonido de los aceros de las cimitarras y las espadas cristinas, para comenzar el ascenso al lugar de nuestro destino, Las Alpujarras.
                 ¡Alto y parada! Lanjarón célebre en el mundo por La fecundidad y riqueza del edén y por la virtud de sus aguas medicinales.


                    Quise tomar uno de esos ricos y gigantescos buñuelos que allí se hacen, en enorme sartén repleta de aceite, e invitar a toda la troupe, pero me di cuenta al instante, que no estaba en el 2017, sino en el 1567, 



 por lo que opté por beber agua en una de las múltiples fuentes que allí hay, para comenzar la subida ascendente hasta llegar al lugar de nuestro destino, después de dejar atrás Lanjarón y Órgiva.


                                        El Barranco de Poqueira

               El Barranco de Poqueira estaba ya a nuestro alcance, especie de sima puesta de pie que parte de arriba abajo la Taha de Órgiva. Allí se encuentran haciendo equilibro, colgados,  a modo de  grandes balconadas blancas, como si quisieran rodar para abajo y precipitarse en el fondo del barranco, las tahas de Pampaneira, Bubión y Capilerira.

                  Bubión . Óleo sobre lienzo. 54x44. José Medina Villalba

         Posiblemente, querido lector, que en estos momentos te encuentras tranquilamente leyendo este relato en tu butaca, no te has percatado lo que nos horrorizó el final de esta boda a la que vamos a asistir. Los esponsales y toda la fiesta que se montó, sensacionales, pero las funestas consecuencias con las que se dio fin, ¡horribles!

                     Una calle de Bubión. Óleo sobre lienzo. 44x32. José Medina Villalba
                 
             -¡¡Pero bueno!!, ¡¡ya está bien de viaje!!, que aunque no me he movido de mi aposento, estoy más cansado que los que vais a caballo.
           ¿Me cuentas, de una vez por todas, la boda?
            -Tranquilo amigo lector.
            -Vamos a narrarlo todo, tal como sucedió.

                                                   La Taha de Bubión
                               Las fachadas engalanadas con vistosos colores.

             La Plaza principal de la Taha de Bubión, se encontraba engalanada con las mejores ostentaciones: vistosas colgaduras pendían de las balconadas y terrazas, las fachadas engalanadas con vistosos colores de los geráneos, chadores multicolores cubrían el cuerpo de las agarenas y bellas capas y chilabas la de los hombres.

                                       Las mejores vestimentas para la boda

                  Nos colocamos, después de dejar las cabalgaduras en las afueras del pueblo, en primera fila, no molestábamos ni quitábamos visión a nadie, nuestro estado incorpóreo lo permitía.

                                                D. Fernando de Valor, Aben Humeya.

                  La Taha de Bubión fue elegido por D.  Fernando de Valor, cuando tomó el nombre de Aben Humeya, por corte de sus pequeños estados, al capitanear en son de rebelión a los insurrectos de las Alpujarras.

                       Se celebraban fiestas con motivo de algún fausto.

                Lo mismo administraba justicia en dicha pueblo, que distribuía las fuerzas de su pequeño ejército, que celebraba en él fiestas con motivo de algún fausto suceso. De todas ellas ninguna tan notable como las que en él tuvieron lugar el día primero de septiembre de 1567, con motivo de efectuarse las bodas de Almozabar, favorito del rey, primer capitán de sus ejércitos, con la hermosa Almanzora, la más bella entre las doncellas del país.

                           Almanzora, la más bella de las doncellas del país.

                                    Ejercicios de fuerza entre los capitanes moros.

               Habíanse anunciado juegos de valor y ejercicios de fuerza entre los capitanes moros, en presencia del rey, y en efecto, estos tuvieron lugar, quedando vencedor el capitán Maleh, que derrotó en buena lid al jefe turco que le disputaba el triunfo.

                                   Los esponsales de Almanzora y Almozabar.

                Cuando todos estaban embelesados con la alegría de la fiesta, y los esposos ansiaban llegase el momento de no separarse más, un espía penetró en la plaza y anunció que la guarnición de Tíjola había sido sorprendida por los cristianos. Entonces a los gritos de alegría sucedieron los de combate y el rey sin vacilar llamó a Almozabar, y le encargó la defensa de la plaza acometida, aunque le fuese dolorosísimo separarse en tan críticos momentos de su adorada Almanzora.
             
                                     Almozabar camino de Tíjola. 

            El vasallo leal, no puso objeciones al mandato del rey. Dejó atribulada a su querida esposa, y decidido marchó a Tíjola a defenderla de las acometidas de los cristianos.


                                    Castillo donde estuvo secuestrada Almanzora.

              -¿Qué fue entre tanto de Almanzora?
           Su imagen había trastornado el alma de Aben Humeya, desde que la vio en la plaza. Y enardecido su espíritu ante la idea de que otro hombre iba a poseer mujer tan singular, ideó la estratagema de que anunciaran el peligro en que estaba la población de Tíjola, encargando a Almozabar su defensa, y de esta manera poder poseer a Almanzora, trasladándola a un castillo cercano.

                                    El  espectáculo festivo se suspendió.

              Nosotros expectantes, disfrutando de la fiesta, no salíamos de nuestro asombro al contemplar lo que estaba sucediendo, el espectáculo festivo se suspendió, y nos quedamos dando una vuelta por el pueblo, atentos y vigilantes, a ver que sucedía, porque algo extraño, teniendo, “la mosca detrás de la oreja”, nos daba la impresión que iba a ocurrir.

                                            Almanzora repudió los  halagos a Aben Humeya.

                 Así sucedió. Aquella noche fue sorprendida la infeliz doncella. Se le hizo creer que la llamaba su esposo, herido en el combate, y al abrir la puerta de su jardín, cuatro enmascarados la condujeron al castillo de Caniles, donde la aguardaba Aben Humeya.

                                        Empleó todas las seduciones...

                 Éste empleó todas las seduciones para atraerla a su cariño, pero nada pudo conseguir; herido su amor propio, ideó otra infamia para concluir con aquella mujer que tan altaneramente le despreciaba como hombre y como rey.
                 
                                          Bubión
              Huyó de Caniles volvió a Bubión, allí estaba Almozabar buscando a su Almanzora.
                Por encargo del rey, el esclavo Aldin le descubrió el retiro oculto de la hermosa, y volando volvió en su busca, acompañado de aquel que creía un fiel servidor.
                


              Por fin los amantes se encontraron nuevamente y próximos a ser felices. Pero el peligro arreciaba. Podían ser descubiertos, y entonces no había posible salvación.

                                       En la fuente encontraron la muerte

              Salieron raudos. Atravesaron aquellos montes, y vencidos por la fatiga, al tomar un poco de descanso, fueron a beber del agua clarísima de un manantial que les apagase la sed que les atormentaba.

Murieron con las manos entrelazadas

                  Presurosos se dirigieron a la fuente, y en ella encontraron la muerte. Aquella agua contenía el activo veneno derramado por Aldín en un momento de descuido.  Los amantes murieron en medio de aquel campo, con sus manos entrelazadas, y víctimas de atroces sufrimientos.


                 El mandato del rey se había cumplido. Su venganza estaba realizada. Almanzora y Almozabar no gozaron la dicha de sus amores, con lo que quedó satisfecho el feroz Aben Humeya, que recompensó con largueza las infames hazañas del esclavo, y aparentó ante su pueblo llorar entristecido la traidora muerte del mejor de sus capitanes.


                     Gritamos desesperados en medio de la plaza, nadie nos oyó. 

                    La muerte de los amantes corrió, como el fuego por toda la taha del Barranco de Poqueira, nadie supo la realidad de lo ocurrido, salvo nosotros, que, desesperados gritamos, a voz en cuello, en medio de la plaza, la vil traición, pero nuestros clamores volaron hacia las altas cumbres de Sierra Nevada, sin que nadie se percatara.

                                    Una mano invisible me despertó.

              Una mano invisible me tocó en el hombro, y me desperté contemplando el cuadro recién pintado, que me había hecho entrar en este sopor.
              ¡Todo había sido un bonito sueño, con un triste final!
                                                          
                                              José Medina Villalba

            
                

4 comentarios:

  1. Amigo Pepe: Acabo de abrir el ordenador y me encuentro con una nueva entrega, con sorpresa incluida,que ya se advertía en la anterior, que esta agencia de viajes recién inaugurada, iría programando cada pocos días, sin calendario fijo, pero con la garantía de que el producto sería de la misma o superior calidad que el anterior. La verdad es que no hay truco ni maña, aquí está la nueva entrega, un romántico paseo en el que este mago, convierte en el ágora de los griegos, los valles, los caminos, las lagunas, las montañas y todo el paisaje de esta sin par naturaleza granadina.
    Ya nuestro paisano Pedro Antonio de Alarcon en su libro la Alpujarra, que conservo en edición original, reflexionaba casi extasiado a la sombra de una inmensa encina, contemplando el panorama que desde esas alturas y frente a el tenía, que esa sensación solo era comparable, con la procesión el día del Corpus Christi en Toledo y ya recuperado del sopor y la ingravidez que su alma sentía, se levantó con dificultad y le dijo a los que le acompañaban " Transeamus " porque si sigo aquí sentado me convierto en ermitaño y no me mueve más que Dios.
    Esta bella y triste historia que cuentas de los dos enamorados muertos y traicionados por el cruel Aben Humeya, ya tenía un antecedente en la Sagrada Biblia, cuando el Rey Davíd enamorado de Betsabé hija de Eliam y mujer de Urías, después de haberla poseído y dejado en cinta, envío una carta a Joab en la que decía: Poned a Urías en el punto donde la batalla sea más dura y cuando arrecie el combate, retiraos y dejadlo solo para que caiga muerto, y allí mismo falleció Urías el Jeteo.
    Cuando la mujer de Urías supo la muerte de su marido le lloró. Pasado el duelo, mando Davíd a buscarla y la introdujo en su casa, y la tomó por mujer, y ella le dio un hijo.
    Como ves amigo Pepe no hay nada nuevo bajo el sol;pero se agradece sobre manera esa forma tan brillante y cercana de narrar esas leyendas verdaderas o literarias a las que tu le das, lo que decía D. Ricardo Villarreal cuando nos hablaba de San Juan De La Cruz " Un no se que que queda balbuciendo " Amigo Pepe en esta ocasión se te ha olvidado picarme el billete, así es que además de ser gratuito el viaje, sigo con el mismo derecho para el siguiente, que más da este negocio no es económico ni especulativo, es quimérico, narrativo, suculento como el chorizo,y nada indigesto, hasta los estómagos más sensibles pueden disfrutar de su degustacion, porque solo es alimento del alma y pasto para los ojos, como decía el poeta árabe del siglo XIII Al Zacumdi. Un fuerte abrazo del que siempre queda deudor, tu amigo Pepe Cuadros.

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    1. Estimado, muy noble y leal amigo Pepe:
      Nuestra agencia está en plenitud, marchando a pasos agigantados, hoy por las Alpujarras recreándonos en los inmejorables paisajes que nos ofrece para deleite de la vista, o participando en el solemne acto de coronación como reina de Aixa, entrando en los más recónditos lugares de la Alhambra en una noche de fantasía, a la luz de las antorchas y bajo un cielo azul ultramar, cuajado de estrellas, degustando el placer de los ricos manjares traídos de Oriente, todo engalanado con ricos tapices y colgaduras de sedas multicolores y el sonido del conjunto musical salido del laud, darbuka, nay y req. El placer de otros viajes como la asistencia a la boda de Almanzora, con un triste final como tu muy bien dices, en el caso de David y Betsamé, con la muerte de Urías, también la Sagrada Biblia nos cuenta, en otro caso de adulterio, con connotaciones diferentes, la muerte de Juan el Bautista, al proclamar el adulterio de Herodes Antipas y Salomé. La historia se repite y seguirá idéntico caminar en el futuro, en todas las facetas, nada nuevo debajo del firmamento.
      Todos estos viajes que nuestra agencia tiene montados, con ese sabor especial, por una parte de pura imaginación y por otra de realidad pura, complementados con nuestras diatribas, han hecho que se enrolen una cantidad de seguidores que están haciendo cola en la puerta de la agencia para participar en el próximo, unos porque han dejado el Imserso que le cuesta dinero y otros porque quieren "culturizarse", y otros por el simple placer de conocer lo desconocido ya sea en la ciudad, provincia, suelo patrio, o del extranjero.
      Además esta buena reputación que está adquiriendo esta empresa se debe a la ingente labor que desde Sevilla viene realizando el principal gerente.
      Ya he visto que has mandado que coloquen en el frontispicio de la puerta principal de la Madraza, la Universidad Árabe, el cartel anunciador del próximo paseo a este lugar donde en la majestuosa Sala de caballeros XXIV, la Catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras, doña Amelina Correa nos deleitará con una magnífica conferencia sobre las mujeres escritoras en el siglo XVIII.
      La frase que con frecuencia salía de la boca de nuestro querido profesor D. Ricardo Villa- Real,"un no se qué queda balbuciendo", me trasladó por momentos al pie del abeto donde San Juan de la Cruz en una noche aciaga, escribió el famoso poema de "Noche oscura del alma", donde en la visita al Carmen de los Mártires bajo la dirección de nuestro amigo Manolo Martín Lafuente, el de Pinos Puente, vino a recitar el poema y "déjame quedando un no sé qué, que queda balbuciendo",que también le dejaría impreso en su alma al estudiar a San Juan de la Cruz en la Facultad de Filosofíay Letras, bajo la Dirección del famoso catedrático "Chicharro, Chamorro". Poema que narra el viaje del alma desde su casa corporal hasta su unión con Dios.
      Pepe, no te preocupes por el billete, sabes que el tique que tienen que presentar los viajeros será siempre el interés por querer participar en nuestros hipotéticos e imaginarios viajes.
      Nuestro transporte no tiene ruedas por lo tanto no habrá pinchazos, ni gasto de combustible, es nuestra alfombra mágina de la imaginación, la de los Cuentos de hadas o de Las Mil y Una Noches, donde tampoco hay límite de plazas.
      Así es que adelante, ve preparando, si te parece bien el próximo viaje a las aulas de la antigua Facultad de Medicina, en este tiempo que el pueblo granadino reivindica el establecimiento de dos hospitales completos, para "recochinearnos", en la problemática de los insignes galenos de tiempos pretéritos con los estudiantes de aquellos tiempos.
      ¿Quieres hacer la propaganda? Pues dale rienda suelta a tu caletre, que está lleno de agudeza para que se nos enrole mucha gente.
      Con el deseo que nuestros viajes sigan en alza, no en la empresa de "Transportes Alza", que eso es otra cosa, recibe un fuerte abrazo de tu agente en Granada. Pepe Medina.

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  2. Precioso recorrido x estas maravillosas tierras,enhorabuena!!!M ha encantado!muchas gracias x compartir tan bellas historias, querido José.
    Un abrazo

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    1. Querida Azucena, mi agradecimiento por ser una seguidora fiel de mis narraciones, en las que siempre suelo poner el condimento de la fantasía, y aderezarlas con el aliño de la imaginación.
      Un fuerte abrazo.

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