domingo, 19 de febrero de 2017

EN LAS ENTRAÑAS DE LAS ALPUJARRAS

  
                             Óleo sobre lienzo. 45X33. José Medina Villalba
                      
                ¡Pitas, pitas, pitas!, son las ondas sonoras que impactaron en los tímpanos de mis oídos cuando mis ojos se deslizaron por una calleja que se salía de las connotaciones que marcan los cánones de la arquitectura de cualquier pueblo, ya sea de la Vega granadina, de la costa, de los Montes Orientales, o del antiplano de la Hoya de Guadix y Baza.

                                        ¡Pitas!, ¡pitas!, Pitas!
                       
            Su posición con un declive marcado, en tantos porcentuales, de un quince por ciento, me indicaba que aquella rúa, pertenecía a una aldea de montaña, más bien yo diría de alta montaña.
  
                                       El arriate por medio de la calle
               
        Una canal en medio, a modo de arriate, era la columna vertebral que la partía asimétricamente, como hilo conductor de las aguas que vertiginosamente bajarían, cualquier día de lluvia o por el desbordamiento de la abundancia del fluido que se canaliza en las acequias que la circundan.

                                        El blancor encalado de las fachadas
        
        El blancor de las fachadas con el que visten las moradas es tal que, al ser acariciadas por los rayos solares se intensifica de tal manera que al percibirlo las retinas de mis ojos, inevitablemente, me hacían parpadear. 

                   El olor característico de las cuadras, envolvía la atmósfera
           
            La atmósfera, cuyo contenido en olores abundaba, e impregnaba las membranas de mi pituitaria, se percibía junto al rebuzno de los animales que moraban en las cuadras ocupando la parte baja de las viviendas.
          Unas escaleras, donde los peldaños, que dan acceso a la entrada, no guardan ninguna norma de simetría, deslizan mi visual subiendo por ellas a una puerta sin afinamientos de garlopa, ni ajustes de cielos, mientras los aleros la protegen de los avatares caprichosos de los cambios del tiempo.

                                   Los gorriones sisaban la comida a las gallinas
           
        Unos gorriones intentan, deambulando en saltos caprichosos, sisar algo de la comida que disfrutan las gallinas, mientras el zureo de las palomas que abundan por los "terraos" y azoteas, y otras volando en círculos, ponen una nota de sinfonía campestre por los alrededores.
              Las ventanas carecen de cristales en la mayoría de las viviendas, los postigos de madera son los parapetos que las defienden.

                  Las ristras de pimientos colgandos en las fachadas de las viviendas
            
          Las azoteas se utilizan para almacenar grano y secar tomates,  pimientos rojos, mazorcas de maíz, berenjenas cortadas a rodajas,  sobre todo durante los meses de otoño e invierno y de allí se pasa al "terrao", aunque también es fácil ver las ristras de pimientos, como si fuesen pendientes que adornan el bello rostro de una mujer colgando de las fachadas, junto a los balcones y ventanas.
                Tras las casa se eleva la montaña en escalones de bancales cultivados,
             
                     Las macetas repletas de geranios, son tapices  que adornan las fachadas
              
        Las balconadas abarrotadas de macetas, cuyos tiestos han sido confeccionados en los hornos morunos que dejaron los que en tiempos pretéritos hollaron estos lugares, repletas de geranios, son tapices que cuelgan dando un colorido especial a la presencia de los frontispicios que lucen orgullosos el variopinto colorido de mi paleta, que quiere captarlo y trasmitirlo al lienzo que ahora he terminado de plasmar.

                                      Los tinaos cubren espacios en las calles
        
       No hay uniformidad en la piel, que guarda en su interior las vivencias y costumbres de sus habitantes, rugosa por los años que carga sobre sus cimientos, pero orgullosa por el carácter de su fisonomía, que la singulariza, constituyendo el sello principal que las diferencia de las demás viviendas de otros pueblos y lugares.

                                        La luz se derrama por todas partes
         
         La luz se derrama por todas partes, no importa qué nubes esponjosas, moviéndose lentamente, en cualquier momento, quieran cubrir con su tupido velo el cielo bajo el cual se cubren.
                                          Los lugareños aran los bancales
          
         Me llegan, desde lugares lejanos, los sonidos encubiertos en las voces de los labriegos que en las escalonados bancales, donde tienen el recursos de sus alimentos, dirigen la marcha de las yuntas de mulos que preparan con sus arados de vertedera, el suelo donde han de depositar las simientes: 
-¡vamos chica!, ¡ria, ria!, ¡jo, jo,jo!, ¡quieta!, se aúnan a los ladridos de los perros, como guardaespaldas les acompañan, mientras el canto del gallo se auna a esta mescolanza de sonidos como un instrumento más de una orquesta campestre.

                                           El tintineo de las esquilas de los rebaños
           
           El sol se ponía ya, y hasta mis oídos llegó el tintineo de las esquilas de un rebaño que regresaba después de haber estado todo el día pastando por la montaña, un grupo de vacas y cabras regresan al pueblo, hombres y mujeres se llaman unos a otros comiéndose sus gritos en el aire como arroyos.

                              La paz y tranquilidad es la nota predominante
                
            El sonido de los tractores y de la maquinaria moderna aún no ha hecho acto de presencia en estos lares. Son terrenos vírgenes de toda clase de elementos contaminantes que puedan perturbar la paz ecológica y corporal de sus habitantes.  

                                        Las pequeñas chimeneas humeantes
      
         Las viviendas pegadas unas a otras con sus tejados de gredas, planos y sus pequeñas chimeneas humeantes de las que ascendían ligeras columnas de humo que se disipaban rápidamente, sugerían algo construido por insectos, de cada una salía un penacho de humo azul que, uniéndose a otros penachos, daba lugar a una tenue neblina que gravitaba  sobre el pueblo.

                                       La carretera serpentea el paisaje
      
           La carretera serpentea en suaves curvas a lo largo del flanco uniforme de las montañas, mientras corren riachuelos por todas partes, vivo alimentos de los bancales y de los álamos creando un delicado dibujo, como una labor de bordado, sobre la colosal vertiente de la montaña, a la tenue luz del atardecer, se les veía sus alineaciones, delgadas agujas que pugnaban por sobresalir allí, bajo el horizonte.

                                      Las casas están encajadas unas en otras
             
          Las casas construidas de tierra y piedra sin labrar, cubiertas con una tosca capa de argamasa. Los tejados están hechos con pesadas losas de piedra dispuestas horizontalmente y cubiertas con una gruesa capa de launa.
            Las casas están encajadas unas en otras y además, construidas sobre una vertiente, el efecto cuando se contemplan desde la lejanía es el una confusa aglomeración de cajas en ascensión hacia la cumbre de la montaña.

                             Sigo contemplando el lienzo que acabo de pintar
               
               Sigo en un estado soñoliento contemplando el lienzo que acabo de finiquitar, y son tantas y tantas las escenas que por mi mente van pasando, que quisiera en un momento plasmarlas en el blancor de la pantalla de mi ordenador.
              -¿Dónde quiere usted ir a parar, señor escritor?
                Posiblemente se estará haciendo esta pregunta el que está leyendo este relato.

                                      Un baile típico de Las Alpujarras
        
        Hoy quisiera salirme un poco del conocimiento que en general tienen los visitantes de Las Alpujarras, y penetrar en lo más profundo del corazón de estos lugares y de la forma de vida de sus habitantes, sin querer dañar en lo más mínimo su sensibilidad, que es totalmente sagrada.
           Seguramente un porcentaje bastante alto de mis lectores me dirá que sí, que han recorrido sus pueblos de la baja y alta Alpujarra, han asistido a la feria del vino en Albondón, donde a placer una fuente deja el líquido purpureo salir por el caño para poderlo tomar de una forma sosegada, sin que nadie cobre nada por su consumo; 

                                 Las mujeres se afanan en las tareas de la matanza

la multitudinaria matanza del cerdo, con los ritos que conlleva en el Barranco de Poqueira; se han tomado las doce uvas en pleno verano celebrando la entrada del año nuevo en Bérchules, en desagravio de aquel año que se fue la luz, y no pudieron ver y oír los sonidos procedentes de la Puerta del Sol en Madrid; 


las batallas “teatrales” entre moros y cristianos, en Valor; deleitarse contemplando el color rojizo carmesí del chorreón de Pórtugos, después de “hocicarse” bebiendo el agua de los diversos chorros, que te dejan un sabor a hematíes salidos de las entrañas de la roca o a hierro oxidado;  después de recorrer en coche o en autobús diversos pueblos, para finalmente en Trevelez, visitar un secadero de jamones y cumplimentar tanta belleza almacenada durante el recorrido, tomándose un suculento plato alpujarreño, 

                                         El plato alpujarreño

donde las papas fritas a lo pobre, pimientos, chorizo, morcilla, huevos fritos, regados con el oro del aceite, van a recrear tu paladar, si finalmente hemos asistido a un bis a bis de troveros en una de las tabernas que por allí hay, damos por bueno nuestro conocimiento de Las Alpujarras.


           Cuando este siglo XXI, en el que vivimos, con toda la gran cantidad de avatares y adelantos de la ciencia, de la tecnología en todos los campos, el poderse comunicar, a través de la ventajas que nos proporcionan las redes sociales, desde tu propia butaca con gentes que están en la otra parte del hemisferio, lo vemos tan fácil, sin haber recapacitado el mérito que esto implica.

                              ¿Dentro de cincuenta años volaremos?
     
         El ritmo de los descubrimientos científicos es tal, que me gustaría haber podido vivir dentro de cinco décadas más, para ver a que extremos han podido llegar los prodigios de la inventiva humana.
     Dejando al margen los conocimientos que tenemos de Las Alpujarras, vamos a percatarnos un poco más de las interioridades de este maravilloso rincón de Granada, donde el tiempo no ha hecho mella en la forma de vida y costumbres de los nativos, cuando aún la marea de la modernidad no ha penetrado en sus hábitos cotidianos.

                                              Una familia alpujarreña
     
      Hemos hecho acto de presencia de forma incorpórea en algunos de sus ritos y costumbres, desde las alturas una veces, y otras penetrando en sus hogares.
       El sonido de pitas, pitas, pitas, con el que encabezábamos este relato da lugar a la aparición en escena de la señora alpujarreña que las pronunciaba, echándole los granos de maíz, a las que tienen como corral, en plena libertad, la amplitud de la calle donde deambulan de un lugar para otro.


                                  Faenas cotidianas en Las Alpujarras
        
       Pañuelo cubriendo la cabeza, falda larga a los tobillos, delantal apretado a la cintura, sayas y refajo, con faltriquera encubierta, alpargatas con suela de cáñamo, piel curtida por el sol y el aire fresco que baja de las altas cumbres de Sierra Nevada, voz templada, relajada, de frases no muy extensas en la conversación pero de un gran contenido vivencial, vocabulario con algunas de sus palabras conservando sabor medieval, en una tierra donde crecen conjuntamente el sentido de la poesía y el sentido de la realidad, es el retrato que ahora mismo estoy contemplando de una alpujarreña realizando una faena cotidiana.

                                      La fuente lugar de cuchicheo
       
         Junto a la fuente estática, en guardia perenne, en el centro de la plaza del pueblo, unas cuantas mujeres, con amplia sonrisa, mensaje de bienvenida al forastero, faldas cumplidas y entalladas cuchilleaban.
      -¿Me habrían visto?, pensé en un momento. El peinado que observé en alguna, que se quitó el pañuelo que cubría su cabeza, podía resultar rústico o elegante, pero en todos los ojos había un brillo excitante y sus rostros, curtidos por el sol y el aire serrano, eran adorables.

                                            Tradiciones y costumbres
      
            Aunque no hay modo posible de medir la felicidad, estas gentes dotadas de la rapidez mental de los habitantes de la ciudad, sacan a la vida un considerable rendimiento.
     El escaso margen que tienen para desenvolverse, provocando cierta ansiedad en tiempos de sequía y mala cosecha, y aunque durante algunas estaciones debían de trabajar muchas horas, nadie cambia la aldea por la ciudad, a menos que algún infortunio familiar le obligue a hacerlo.

                                                    Felipe II
    
         Herederas de las viudas que quedaron en Las Alpujarras después de la rebelión de los Moriscos en tiempos de Felipe II, que fueron liberadas por el Marqués de Mondejar, cuando estaban recluidas en el castillo de Jubiles.

                                                  La rebelión de los Monfíes de La Alpujarras

                                           Íñigo López de Mendoza y Quiñones, marqués de  Mondejar
            
        Mi mente siguió caminando por aquel entramado de callejas, mientras el sol teñía el horizonte de colores insospechados, y la tupida oscuridad de la noche se dejaba caer sobre el poblado.



         Unos sonidos de guitarra nos aproximan a una vivienda donde una botella de anís y un paquete de picadura de tabaco es el reclamo para montar una fiesta.
        Los tañidos musicales van en aumento, una bandurria y una pareja de guitarras son el señuelo que comenzaba a flotar en el aire, empezaban a llegar las muchachas acompañadas de sus madres o hermanas casadas.

                                                   El cante "jondo"
      
         Los fandangos, las sevillanas y malagueñas, trascurrían una tras otra y en algún momento la afición de alguno brotaba como un chorro de agua que surge de la roca de un nacimiento, una voz penetrante, como un lamento de estupor o desesperación, que se mantenía flotando en el aire, una sucesión de borbotones y trinos hasta desaparecer gradualmente, en un débil gemido, era el canto hondo.

                                        El naciente sol se desperezaba
        
         En los albores del día, cuando el sol hacía brillar las hojas plateadas de los olivos, los pájaros ascendían y descendían como lanzaderas y el naciente se desperezaba quitándose el tupido velo del sueño, todos regresaban a sus casas, en la espera de otra jornada de fiesta.

                                      La chimenea centro íntimo de contacto familiar
       
           Queríamos conocer algo de las supersticiones que aquí se encuentran arraigadas, una de ellas, la existencia de las hechiceras.  

                                         Las hechiceras y sus hechizos

          Había que esperar para que todo ocurriera en una noche oscura cuando, todo se envuelve en una neblina que enmascara el paisaje, en una magia que raya en el sobresalto y en el pavor, para que se cumplieran los designios. había que salir del calor de la lumbre, donde se cuentan estas leyendas, y ponerse en contacto con la realidad.

                                  Todos los días el toque de Ánimas impresiona
             
         La calleja estaba en absoluto silencio, ningún sonido perturbaba el momento, solo se escuchaba el rastreo de nuestros pasos sobre el mal empedrado, en la lejanía la silueta apenas imperceptible de tres ancianas que tocaban una campanilla, junto con una ilegible oración, para perderse de nuevo por otra esquina, como un soplo de brisa fresca que pasa rápidamente, era el toque de ánimas.

                                                Ritos de brujería
        
        De pronto, una dulce música nos hizo detenernos, apareció volando la hechicera, en una mano llevaba un mortero signo inconfundible de la hechicería, la energía para volar se la daba el huso para hilar la lana, colocado sobre la cabeza con las faldas levantadas cubriéndolo, hacía que se pudiera elevar sobre los aires.

                                            Inicios en la hechicería
       
        Las muchachas que se iniciaban en la hechicería, tenían que darle a su novio una bebida que las convertía en burro, montando sobre él desnuda o mejor con las faldas sujetas alrededor de su cabeza y así cabalgaban apaciblemente por el aire durante toda la noche.
    Queríamos conocer más supersticiones, fue la patrona de la fonda donde nos alojemos los días que permanecimos, junto a los insondables lugares de nuestros recónditos pensamientos, la que junto a la candela de la chimenea, mirando fijamente al rojo intenso del fuego que devoraba los troncos de olivo, la que nos informó.

                                              Potingues utilizados en la hechicería
     
         - Pero bueno, vamos a ver, que nos aclaremos un poco, no has dicho que este paseo por las entrañas de las Alpujarras fue anímico, sin cuerpo, ahora resulta que, ¿estáis alojados en una fonda y habláis con la dueña? 
     -No me lo puedo creer.


     -Te explico: María era hechicera y tenía la facultad de comunicarse anímicamente con nosotros, utilizaba toda clase de pócimas para sus brujerías
      -Bueno, con este planteamiento, continuo leyendo tu relato.


         La mujer que tenía nueve hijos seguidos, el noveno gozaba de gracia especial.               Ésta se mostraba a partir de los seis años, y cuando el chico crecía se convertía no sólo en persona de grandes dotes, sino también en un ser afortunado. Tales personas ostentaban singulares poderes de curación. Nuestra patrona ella misma nos contó que cuando iba a destetar a su hija, una hinchazón en su pecho cortó la subida de la leche. Entonces acudió a uno de estos hijos novenos, a la sazón de doce años, y éste pasaba la mano por su pecho tres veces al día, durante tres días y se curó.
Todas las noches, María la patrona, al estilo de los cuentos de las “Mil y una noches”, nos contaba una nueva brujería.

                                           Echando el "mal de ojo"
        
         Ésta nueva creencia le afectaba a ella. Las personas, nos dijo, que llevan el nombre de María son afortunadas, se acude a ellas en caso de enfermedad, y también para quitar el mal de ojo.
No había terminado de decir la última palabra cuando la interrogué.
-¿Qué es eso del mal de ojo, María?
Es éste un riesgo al que están especialmente expuestos los niños hermosos. Cuando se mira a una de estas criaturas, pierden su gracia y comienzan a marchitarse.

                                        Niño poseído del "mal de ojo".
    
      -¿Cómo se cura? Pregunté con el ansia de saber el remedio.
     El remedio es que el padre tiene que salir antes del amanecer y recoger del campo una brazada de torvisco, se dice que tiene fama de pertenecer al diablo. El torvisco se envuelve en un paño, de modo que no reciba los rayos del sol, y una chica, que debe ser virgen y llamarse María, acuna en él a la criatura. La planta se ha colocado en un cesto de esparto donde se ha puesto al niño y lo levanta en el aire.

                            El torvisco, planta utilizada para quitar el "mal de ojo"
     
      Una vez hecho esto tres mujeres llamadas María, entran en la habitación donde descansa la criatura, sin que nadie las vea. Ponen el cesto, donde está el niño, y lo colocan en el suelo y llaman al sacerdote, para que rece una oración.  

                                                          El torvisco
     
      El ritual termina esparciendo el torvisco sobre la cama, si se seca la criatura se recuperará, pero si permanece húmedo, el niño se debilitará y morirá.
        Ésta es una de las supersticiones más extendidas no solo por Las Alpujarrajas sino por toda Andalucía.

                                       Los gallos proclamaban el alba
     
         Estábamos  tan enganchados en el tema de las supersticiones, que a pesar de que la velada se había extendido a altas horas, los leños de la chimenea se habían consumido y los primeros cantos de los gallos comenzaban a proclamar el alba, que no nos  hubiera importado nada que María siguiera escarbando en esas costumbres tan arraigadas, pero había que esperar a la noche siguiente.
    Nuevamente sentados ante el fuego, una morcilla caliente en la brasa y un buen trozo de pan en la mano, el paladar se nos hacía agua.
     -¿De qué van hoy las creencias ocultas, María?
    -Esta noche vamos a hablar de los robos.

                                                    Los duendes
      
        -Cuando algo se echaba en falta y se pensaba que había sido robado, se recurría a una especie de juego de mesa. Tres mujeres en posesión de gracia, tomaban un tamiz y lo sostenían horizontalmente entre ellas, mediante tres pares de tenazas de chimenea. Se le hacía girar al tamiz y se le formulaba la pregunta siguiente:
      -¿Lo cogió fulano de tal?


                                          Tamiz y tenazas
     
          Cuando se pronunciaba el nombre del ladrón si el tamiz se detenía, este había sido el ladrón, de lo contrario había que seguir girando y pronunciando otros nombres.

                                                               El martinico
    
       La noche siguiente, María estaba sofocada, el duende le había escondido el billete de la Alsina para ir a Granada y no lo encontraba, este duende se le llama en el Albayzín, martinico, cuando era niño lo escuchaba con frecuencia en el barrio.
       El duende doméstico se entromete en las cosas de la casa, escondiéndolas o haciéndolas aparecer. Finalmente si la broma del duende se hace pesada, se recurre a 


“san cucufato”, hay que hacer un nudo al primer trapo que tengamos a mano, bien sea el vestido o un pañuelo, y hacerle un nudo pronunciando la frase siguiente: “san cucufato”, si lo que busco no aparece, los cojones te los ato. Aunque parece una desvergüenza, alguno de los términos empleados en la elocución, es imprescindible decirla tal cual, insistió María.
      -Dicho y hecho, recitó  ceremoniosamente la expresión indicada, y ante la sorpresa de los presentes, el billete del viaje apareció.

                                                Una mano me tocó en el hombro....
     
         Cuando María, a la noche siguiente, quiso contarnos el fetichismo de las almas en pena que aparecen convertidas en perros que vagabundean hasta poder revelar a alguien lo que les inquieta, una mano me tocó en el hombro, me desperté del
éxtasis en el que había caído contemplando mi último óleo.
                               
                                         José Medina Villalba

  

13 comentarios:

  1. Amigo Pepe: Que recuerdos me traes a la memoria con este inquietante y rural relato, las prolongadas tardes noches de invierno, sentados junto a la chimenea, moviendo de vez en cuando las ascuas de la pava con la rasera o las tenazas, cada mañana de la fría estación, lo primero que la mujer realizaba era echar la pava, es decir preparar la lumbre con unos troncos, cubrirlos de paja algo prensada, para que al atardecer se pueda descubrir lo que encierra bajo el manto seco protector; entonces era el momento de contar los cuentos, las historias, los relatos de apariciones, fabulas,etc. Cuando la persona que dirigía la narración, de algunas de las inquietantes historias, el ambiente se iba caldeando, de tal manera que a la edad de ocho o diez años, el temor a lo desconocido, te hacía mirar con cierta discreción, a las puertas de la casa, para ver si estaban bien cerradas, aunque esos espíritus podían entrar traspasando las paredes, asé es que como medida de defensa, arrimábamos y juntábamos más las sillas, junto al fuego; la noche se presentaba algo cargada de temor y la subida al piso de arriba donde estaban los dormitorios, era precedida de un encendido de todas las bombillas del recorrido.
    Antes de amanecer, los cantos del rosario de la aurora, repitiendo aquella jaculatoria, "el demonio al oído te está diciendo no te levantes, sigue durmiendo,como me voy a levantar, si me habéis despertado y acojonado al mismo tiempo.

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  2. Amigo Pepe: he puesto el dedo donde no debo, y no he podido ni repasar lo escrito, ni dar por terminada mi respuesta a tu como siempre interesante blog, así es que continuo con ello.
    En mi casa trabajaba, comía y dormía una joven, que era un compendio de relatos trasmitidos de generación en generación, le ponía el enfasis adecuado al momento más álgido del cuento, si era de miedo o más bien de terror, las manos no encontrabas el adecuado sitio donde ponerlas y la cabeza no te atrevías a girarla en ningún sentido, por temor a encontrar a algunos de los siniestro personajes que acababas de escuchar.
    Amigo Pepe, esa brillante y pormenorizada descripción que haces de las alpujarras, con sus peculiares costumbres, alimenticias, arquitectónicas, sociales, agrícolas y costumbristas, me han permitido conocer de una manera más amplia, la riqueza cultural que encierra esa querida zona de nuestra bella e incomparable provincia.
    Hace ya algún tiempo, hice un viaje por la zona, que partiendo de Lanjaron, Orgiva, capiléira, pitres, portugos, Trevelez, laroles, para cruzar el puerto de la ragua hasta la Calahorra. Un tesoro no escondido esperando ser visitado, por todo el que tenga el interés de ver y descubrir un paisaje natural irrepetible, fraguado por las inmensas fuerzas que conformaron nuestro entorno. Gracias amigo Pepe por el paseo, sin curvas ni atajos. Un placer como siempre por tu gestión de la empresa de viajes, que cada vez está más consolidada de la mano del mejor conductor.

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    1. Estimado y muy apreciado analizador y pormenorizador de escritos, amigo Pepe:
      La inteligencia humana realiza continuamente prodigios y avances que nos tienen completamente alucinados: aparatos, herramientas, ingenios, son prodigios que facilitan nuestras vidas, realizando portentosos milagrosos, verbigracia: comunicarnos y ver desde nuestra propia butaca a un familiar, amigo a través del skipe que se encuentra en la otra parte del mundo, por videoconferencia, mensajería instantánea, por poner un ejemplo, pero siempre bajo el dominio y dirección de la inteligencia humana. Todos estos aparatos, de momento, están bajo nuestras órdenes y hacen solo y exclusivamente lo que les mandamos.
      Lo que te ha pasado al hacer el comentario y pulsar donde tu no querías, nos suele pasar a todos, sin que podamos, sobre la marcha, rectificar.
      Indudablemente el enojo colérico que nos produce, después de haber hecho un escrito, en el que has puesto los cinco sentidos es tal, que te darían ganas de... ¡no!, ¡por favor!, que vale muchos dineros.
      -Pepe, ¿Llegará el día en el que estos "aparatejos", sean capaces de meterse en el interior de nuestros pensamientos y corregir nuestros fallos al pulsar la tecla que no habríamos deseados? Ahí lo dejo en el aire para sabios, científicos e inventores.
      Pienso que la inteligencia del hombre seguirá siendo siempre superior a todo tipo de mecanismo y que la robótica estará a las órdenes de las capacidades del ser racional, de lo contrario la humanidad será víctima del androide autómata.
      Tu, alrededor de la chimenea envuelto en esa imaginación de fantasía, que va inherente a los primeros años de la vida , haciendo realidad las alucinaciones y ensueños, las narraciones que se contaban, y yo con mis amigos en las cálidas noches de verano en el Mirador de San Nicolás, viviendo las narraciones de fantasmas, casas de miedo embrujadas, ahorcados en el Arco de las Monjas..., cuando visitábamos estos lugares, después de despedir al grupo, hasta la noche siguiente, me hacían correr de tal forma, Cuesta del Chapiz abajo, para llegar a mi casa, a tal velocidad que las plantas de mis zapatillas se adherían a mis posaderas, daba la impresión, no de que corría, sino de que volaba.
      -Bueno Pepe, la agencia de viajes marcha viento en popa, gracias a los buenos viajeros que se adhieren y que siguen participando en el disfrute de estos imaginarios viajes, tu el primero.
      Desde aquí te felicito por tu labor y propaganda que continuamente haces, que se trasluce en la cantidad de mensajes y comentarios que se reciben en la oficina de esta agencia animándonos para que no decaigan.
      Así que me despido del gerente de la empresa de viajes, dándote de nuevo las gracias, hasta el próximo periplo que ya está en marcha.
      Un abrazo. Pepe Medina.

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  3. Querido Pepe: Los misterios insondables de la informática me siguen impidiendo publicar comentarios en tu blog desde mi ordenador, y mira que lo he intentado montones de veces, pero nads..Así que pruebo ahora con el móvil, con la consiguiente ' dificultad'. Bueno, espléndido reportaje como todos los tuyos, y especialmente interesante por centrarse en la Alpujarra, tiera de mis ancestros ( mi abuelo materno y su familia eran de Bubión; y aunque la familia de mi abuelo paterno era de los Guájares durante generaciones, el primer Correa que llegó a esa comarca vino desde Carataunas).
    Mi felicitación, pues, y un fuerte abrazo de Amelina Correa

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  4. Querida amiga Amelina:
    Este blog, llamado granadaluzcoloryliteratura no tiene en cuenta ni le importa la vía a través de la que llegan los comentarios, lo fundamental es que lleguen.
    Mi agradecimiento por tanto a la señora Catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras de Granada, doña Amelina Correa Ramón, buena amiga y magnífica docente en su Cátedra, por el comentario dedicado a este relato sobre Las Alpujarras, por las que siente admiración y los vínculos familiares que le unen, comentario que honra este archivo y a su autor.
    Dentro del ámbito de la Universidad, muy admirada por sus compañeros y alumnos, tanto oficiales como libre oyentes, que asisten a sus clases; magnífica docente, por su didáctica y metodología pedagógica que son la atracción de los educandos.
    Mujer de excepcionales cualidades, conferenciante a nivel nacional e internacional; recientemente magistrales disertaciones en México y Pavía.
    Sus publicaciones tanto poéticas, como sacando a la luz los nombres y obras de numerosas escritoras del siglo XVIII, de gran relevancia literaria, que permanecían en el anonimato, así como otros literatos de los que ha hecho un profundo estudio, entre sus preferidos: Alejandro Sawa, Isaac Muñoz, Melchor Almagro San Martín, sobre la literatura finisecular de las siglos XIX-XX..., por citar algunos.
    Como directora de la Cátedra García Lorca, aporta a la cultura un extenso programa de actividades donde participan catedráticos de gran talla literaria, de diversas universidades con motivo de efemérides relacionadas con importantes hombres de Las Letras: Cervantes, Rubén Darío, Teresa de Jesús, Wiliam Shakespeare, el Centenario de Carlos III, la derrota de don Juan en la literatura femenina de la Edad de Plata... Todas estas ponencias precedidas de sus extraordinarias presentaciones.
    Como persona, es sumamente sencilla, amable, cordial,familiar..., que aparentemente no representa los valores humanos e intelectuales que encierra.
    Muchas gracias de nuevo, y un fuerte abrazo. José Medina.

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  5. LA ALPUJARRA GRANADINA O LA ALTA ALPUJARRA

    Carlos Benítez Villodres

    Quien experimente en su alma los sentimientos más puros, Pepe Medina Villalba y yo los poseemos, por esta apacible comarca granadina, La Alpujarra, donde belleza y silencio brotan de las montañas, me comprenderá a la perfección. Ya Pedro Calderón de la Barca en el siglo XVII escribió en la obra dramática “Amar después de la muerte o El Tuzaní de Las Alpujarras” estos maravillosos versos sobre esta tierra embrujada y embrujadora: “La Alpujarra, aquesa sierra, / que al sol la cerviz levanta, / y que poblada de villas, / es mar de peñas y plantas, / adonde sus poblaciones / ondas navegan de plata…”.//
    Ante todo, deseo expresar que quien llega y se adentra en el corazón alpujarreño sabe que tiene un hermoso y privilegiado lugar en él. Yo hace mucho tiempo que lo tengo al igual que Pepe Medina, porque la grandeza de espíritu de los alpujarreños es el signo más encomiable y maravilloso de todos cuantos existen en estos únicos y hermosos parajes granadinos. En mis continuas visitas a La Alpujarra, desde que la conocí allá en el año 1956, he podido comprobar que su hechizo y su duende y su atracción están en la belleza de su cuerpo y en la pureza de corazón de sus gentes.
    A caballo entre los siglos XVI y XVII, Bernardo de Balbuena en su extenso poema “El Bernardo del Carpio o La victoria de Rocesvalles” nos dice en estos dos versos: “Aquella áspera sierra es la Nevada, / y de sus Alpujarras los vergeles…”. //
    Infinidad de veces he podido comprobar que en La Alpujarra el corazón del hombre en conjunción perfecta con la Madre Naturaleza se hace venero de lo más puro del arte poético, de lo más sagrado de la vida, porque La Alpujarra es el mejor regalo que Dios hizo no sólo a Andalucía, sino a España y al mundo entero.
    ¡Qué mirífico y aplacible es pasear sobre el mágico pentagrama de Los Llanos de Capileira entre sus casas vestidas de flores, cal y pizarra, y advertir cómo, gracias al canto del agua, reverdecen, entre luces y alegrías de primaveras..., sueños, ilusiones y esperanzas!
    La Alpujarra granadina o Alpujarra Alta ha sido y es y será tema de inspiración para poetas, escritores, pintores… Por ello, muchos escritores y poetas insignes, además de los ya reseñados, han escrito sobre esta alhaja de la naturaleza. Entre ellos citaré a Pedro Antonio de Alarcón, Jean Sermet, Diego Hurtado de Mendoza, Juan Rufo, Fidel Fernández Martínez, Joaquín Bosque Laurel, Gregorio Marañón, Rafael Guillén, José G. Ladrón de Guevara, Gerald Brenan, Harold López Méndez y un largo etcétera.
    Muchos también fueron los viajeros románticos que en el siglo XIX y XX visitaron o vivieron un tiempo en La Alpujarra: Richard Ford, George Borrow, el ya citado Pedro Antonio de Alarcón, Arthur Koestler, George Orwell, pero sobre todo Gerald Brenan. Por su casa de Yegen pasaron un tiempo, en la década de los 20 y primera mitad de la de los 30, famosos personajes de la vida literaria y artística de la Inglaterra de aquella época: Lytton Strachey, Virginia Woof, Roger Fry, Ralph Partridge, Dora Carrington son algunos de ellos, componentes del Grupo de Bloomsbury
    La Alpujarra, tierras de misterio y romanticismo, nos sorprende, nos emociona, nos empapa de naturaleza… entre una infinitud de chorros de agua cristalina, el silencio que nos acompaña y nos habla, el verde de sus campos, las escarpaduras por doquier de sus sierras, donde anida un rosario de pueblos bellísimos y apacibles que nos aguarda para que nos sintamos, entre sus brazos, como un hijo más de esta comarca granadina.

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    1. Estimado amigo Carlos, si Las Alpujarras son el mejor rincón que nos ha querido regalar la Madre Naturaleza, para completar y cumplimentar otros de los muchos manjares exquisitos con los que se engrandece y adorna nuestra querida Granada, no menos son tus enriquecedoras palabras, en el amplio y extenso comentario que les dedicas, con tus maravillosas poesías que vienen a ser las pinceladas que das sobre el lienzo casi virginal de una región que, en cierta medida, sigue conservando las costumbres tradiciones y formas de vida que han ido pasando de generación en generación. ¡Quiera Dios!, que se siga conservando con esa pureza y la picota de la barbarie modernista no horade tan esencial y virginal candor.
      Citas a numerosos literatos, poetas, pintores románticos y toda una extensa gama, de los que han hecho belleza de este lugar privilegiado, en la Literatura, poesía, pintura..., en suma en el arte en general.
      De la visita que le hizo Lytton Strachey a la casa de Gerard Brenan en Yegen, entresaco algunas de la líneas que le dedica.
      "Sin embargo, la última tarde que pasamos juntos alentado porque la idea de que la visita llegaba a su fin, se relajó y casi llegó a animarse. Cuando estaba de buen talante su conversación tenía un gran encanto. Ahí el refinamiento y precisión de su mente se apreciaba mejor, por lo general, que en sus libros, ya que en éstos subordinaba la sensibilidad del lenguaje y la espontaneidad de la frase a una pauta preconcebida. No era como Virginia Woolf, una escritora natural, y ni siquiera en sus cartas se le arrebataba la pluma. Pero en la conversación sí era él mismo. Necesitaba -más que la mayoría de la gente- de un auditorio acorde y afectuoso, pero cuando lo conseguía se convertía en el más sencillo camarada, escuchando a los demás cuando no hablaba, haciendo comentarios agudos o caprichosos y creando a su alrededor una sensación de naturalidad e intimidad".
      Si las Alpujarras sorprenden, emocionan, y nos cautivan empapándonos de belleza suma, cuánto más tus palabras en tu excelso comentario por el que te doy mi agradecimiento más profundo, nacido del alma, tus palabras son el oropel que viene a dar los toques más solemnes a mis relatos, haciendo que se engrandezcan.
      Gracias de nuevo.
      Un fuerte abrazo.

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  6. Como colofón a mi anterior comentario sobre el genial texto de José Medina Villalba, transcribo el siguiente poema de mi autoría:

    LA ALPUJARRA


    Cada vez que te beso, oh Alpujarras,
    y palpo tus encantos, lentamente,
    intimo con tu gloria reluciente
    al calor de tus cósmicas guitarras.

    Tierra esbelta. Vergel de almas bizarras.
    Sobre ti se levanta el sin par puente
    de trigo entre los cielos y la mente.
    ¡Oh¡ ¡Cuánto amor exhalan tus pizarras!

    Emperatriz de corazón sereno,
    pletórica de vida y paz de oro,
    con mi canto a tu sangre me encadeno,

    y el duende de tus gentes atesoro,
    donde brota mi verso nunca ajeno
    a la luz de cualquier fruto sonoro.

    CARLOS BENÍTEZ VILLODRES

    (Del libro MI GRANADA. Editorial G.C.S. Granada, 2016)

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    1. A esta maravillosa poesía que le dedicas a las Alpujarras, quiero, amigo Carlos como el que coge de la mano a una bella doncella, agregarle ésta otra de Horacio, Odas, Libro II, 6. Las dos juntas pueden ser las emblemáticas que simbolicen Las Alpujarras.
      ¡Me sonríe más que ningún otro
      aquel rinconcillo, donde la miel
      no desmerece la del Himeto
      y la verde oliva compite con la de Venafro,
      donde la primavera es larga y donde
      Júpiter otorga tibios inviernos...

      Un fuerte abrazo de tu amigo Pepe Medina.

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  7. Amigo Pepe: Desde hace tiempo veníamos pensando en formar un triunvirato, que pudiera disputar con cierta solvencia, los avatares de unas justas proso-poéticas, pero mira por donde, antes de que lo pudiéramos poner en marcha, han aparecido dos nuevos y muy cualificados participantes, como son,doña Amelína Correa y Don Cárlos Benitez, Te advierto que o nos amarramos bien los machos, o caeremos masacrados al primer envite, el participar en la división de honor entraña claros y evidentes riesgos, así es que debemos prepararnos para lo que se nos avecina; yo te propongo un plan, y ya que estamos en las alpujarras, nos llegamos a !Trevélez..donde se oye los querubines cantar¡ pero según decía nuestro paisano Pedro Antonio de Alarcon, no era esto lo que el egregio autor del Barbero de Sevilla prefería, sino las magras alpujarreñas, porque su paladar había llegado a advertir lo bien que cae el agrillo del tomate a las ancas del paquidermo alpujarreño y una vez con el cuerpo y el alma repuestos, podríamos participar con alguna posibilidad en dichos combates.
    Cuentan algunos escritores de las antiguas historias de los levantamientos moriscos: Que el día de los Santos inocentes, Aben-Humella estuvo en su casa de Válor y el 29 de diciembre entró en Ugíjar con el deseo de salvar la vida al Abad Mayor, que era gran amigo suyo y a otros que también lo eran, pero cuando llego ya todos eran muertos. Allí repartió entre los moros las armas que había tomado a los cristianos, y el mismo día fue a Andarax; hecho esto y dejando por Alcaide a Ben-Ziquí, uno de los principales de aquella Taha, volvió a Ugijar donde dio sus poderes a Miguel de Rojas su suegro, y lo hizo Tesorero general, porque, además del parentesco que con el tenía, era hombre principal, descendiente d los Mohayguages ó Carímes, Alguaciles perpetuos de aquella Taha en tiempos de los moros, a quien por ser muy rico y de aquel linaje, respetaban mucho los moriscos alpujarreños.Abe-Humeya hizo todo esto en un solo día y aquella misma noche se fue a dormir a Cadiar.
    Amigo Pepe: acabo de leer un libro sobre AISHA ( VIDA) L la esposa-niña de Mahoma, en la que podido comprobar como el profeta, cada vez que tenía que firmar un pacto con alguno de sus innumerables enemigos, lo rubricaba casándose con la hija del hasta entonces opositor, esto lo repitió no menos de diez veces, pasando cada una de ellas a formar parte de su personal harem. No se si Aben-Humella conocía esta historia, yo creo que si, pues siempre se hacía acompañar de una hermosa morisca, y según refiere Hurtado de Mendoza, el joven héroe, al ceñirse la corona de sus mayores, bajo la sombra de un centenario olivo y rodeado de las más preeminentes personas, montó su casa bajo un pie severamente mahometano. Tomó tres mujeres, una con quien el tenía conversación, otra del Río Almanzora y otra de Tabernas, porque el deudo tuviese aquella Provincia más obligada; sin la otra que fue primero casado hija de Miguel Rojas, cuatro en total. El amor fue el talón vulnerable de aquel Aquiles y por el amor murió efectivamente.
    Que tienen aquellas tierras que tantos han muerto por conquistarla, sera la magnetita que tienen las palomas en el pico, lo que les permite encontrar el nido en sus largos recorridos, o será ese atractivo natural que sus entornos contiene. Yo ya estoy aquí en La Contraviesa, respirando el aire puro de la sierra, como método para fortalecer el cuerpo y el espíritu, para poder afrontar tan desigual combate. Amigo Pepe recibe un abrazo de aliento de tu amigo Pepe Cuadros y acuérdate de esa batalla de las Termópilas, recursos no te faltan.

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  8. Amigo Pepe gracias por el paseo por las Alpujarras que me ha recordado mis inicios laborales visitando ganaderos de estas tierras para venderles medicamentos.En ocasiones me quedaba a dormir en estos pueblos ,terminando la jornada con un paseo,apreciando la belleza que has descrito y tomando unos vinos en esos bares tipicos de pueblo que me hacian dormir como UN BURRO HECHIZADO .Para terminar resaltar el enorme plato alpujarreño que has colocado y proponerte que hablemos con MARI para que nos ponga uno en nuestra proxima reunion de antiguos alunnos AVEMARIA. Jose Maria un abrazo¡¡¡

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  9. Estimado amigo José María, hace unos pocos momentos nuestro compañero de tertulia de la Junta directiva, sí, esa en la que todo se resuelve rápidamente, donde todo es ligereza, prontitud, rapidez y agilidad para resolver cualquier asunto que se presente, donde las cosas se dicen una vez y no se repiten...,nuestro compañero y amigo Pepe Cuadros, me comentaba, ¿qué le pasa al veterinario que, creíamos se había unido al triunvirato tertuliano de este blog y no respira?
    Claro, ahora lo podemos entender, recorriendo esos pueblos alpujarreños, hechizado con el plato típico de la región, no era de extrañar, y que mejor hechizo el de dormir a "pata suelta", con la mente regada con los vinos de Albondón y unos buenos filetes, de las patas traseras de los cochinos recíén pasados a mejor vida.
    Pues nada, Pepe Cuadros, ha aparecido en escena el "niño perdido", ya lo tenemos de nuevo aquí, con lo que no es un triunvirato , sino un "cuadrunvirato", lo que en estos momentos tenemos formado, al haberse unido últimamente Carlos Benítez, y si la señora catedrática, doña Amelina Correa, y sus numerosas ocupaciones se lo permiten, sigue unida al grupo, podríamos constituir un "quintuvirato".
    Bueno, que más da, lo importante seamos dos, tres, cuatro o cinco. lo fundamental es que siga funcionando.
    Lo del encargo a nuestra querida "Mariquilla" del plato alpujarreño, mejor será que no, bastante tenemos con el plato repetitivo de la tertulia que éste si que empacha.
    Un abrazo. Pepe Medina.

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  10. JAJAJAJA¡¡¡¡¡ No hay palabras Pepe, ni hechizo ni vino ni plato..... oye¡ yo empece trabajando en una empresa de Guadix,y visitaba el marquesado donde creo recordar habia un pastorcillo de Lanteira con cabras...Juan aguilu...hace 19 años.Se que renaces de esa tierra,que yo recorri visitando pastorcillos.Bueno volviendo a tierras alpujarreñas, en Berchules habia una explotacion de porcino,propiedad de un señor ciego.Este señor seleccionaba el ganado reproductor por el tacto,increible ,me impacto la forma con la que afrontaba su minusvalia llevando su explotacion...increible PUES BUENO, FIJO QUE SI ASISTIERA A NUESTRAS REUNIONES SUPLICARIA UNA DEMENCIA CON SORDERA PARCIAL....AJAJAJAJAJAJA. solucion: cambiar el orden del dia,empezamos con las cervezas.

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